En Marzo de 2000 el papa Juan Pablo II visitó el lugar desde el que Moisés divisó la Tierra Prometida.
Hoy día todavía brota agua dela Fuente de Moisés, que surgió de las montañas rocosas del desierto, cuando Moisés golpeó con su baston.
La belleza e importancia histórica de la religión y Monte Nebo no consiguen por el momento superar los avateres políticos y sociales que le impiden vivir en paz.